Simplemente admirando [Eli]

Esa mañana me había despertado temprano, algo muy extraño en mí a decir verdad pero ya que había madrugado decidí aprovechar el día. Me di una rápida ducha y me vestí con unos jeans con mis deportivas desgastadas y me puse una camiseta de manga larga y cogí la chaqueta metiendo el móvil y las llaves en los bolsillos. Bajé corriendo las escaleras y tiré la chaqueta en uno de los sofás rezando para que no rebotase y cayese al suelo ya que no tenía ganas de ir a comprar un móvil nuevo. Preparé tostadas con mermelada para mí y para Holly y desayunamos con tranquilizado conversando sobre lo que íbamos a hacer en el día.

Después de desayunar subí de nuevo a mi dormitorio ya que se me había olvidado coger el Ipod y ya que estaba allí me lavé los dientes. Bajé de nuevo las escaleras y salí de casa mientras me ponía la chaqueta. Ni siquiera sabía a donde iba, debía ir al cementerio ya que hacía mucho que no iba pero hoy no me encontraba con fuerzas como para visitar a la vez las tumbas de cuatro personas a la vez, además, a Holly siempre le gustaba acompañarme para que no me sintiese sola leyendo los nombres de todos mis familiares en esas lápidas, era deprimente, y después estaba varios días pensando que habían echo ellos para merecer eso, y en esos momentos de bajón era cuando me intentaba suicidar aunque ya hacía un par de años que no lo intentaba…

Finalmente mis pies me llevaron hasta esa hermosa y tranquila colina a la que acudía en busca de paz, o simplemente en busca de algo de tranquilidad. Me senté en uno de los bancos desde los que se podían ver las magníficas vistas, eran simplemente perfectas. Pensé que hacer puenting tirándote desde allí arriba debía ser emocionante, divertido y haría que tu corazón latiese con fuerza, seguro que había algunos profesionales que lo hacían, tenía que empezar a informarme o lo haría yo sola y eso si que sería peligroso.

Me crucé de piernas encima del banco mientras metía una mano en el bolsillo sacando mi paquete de tabaco, abriéndolo y llevándome un cigarrillo a la boca y encendiéndomelo segundos después con el mechero para volver a guardar después todo lo que había sacado de nuevo en el bolsillo. Holly me había dicho mil veces que no era bueno que fumase, que contaminaba mis pulmones y no se que cuantas cosas más, y en casa no me dejaba fumar ya que odiaba el olor y una vez que lo había echo en mi dormitorio estuvo media hora dándome una charla… ella nunca me gritaba ni me castigaba, no se veía con fuerzas.

Después de cada calada mantenía unos instantes el humo en mi boca y después entreabría los labios dejándolo ir mientras observaba el sol siendo tapado por algunas nubes que se movían por el cielo. Seguro que en esos instantes algunas familias se acababan de despertar y estaban preparando el desayuno entre risas y sonrisas, y los mas pequeños se pelearían por la última tortita hasta que al final el mas listo dijese una mentira que despistase a los demás y aprovechase ese momento para comerse la preciada tortita… eso era lo que yo hacía con mis hermanos aunque siempre solía acabar yo con la tortita ya que ponía cara de pena y de niña hambrienta… ahora no tenía a nadie con quien peleare por las tortitas, y era algo que echaba mucho de menos.

Vi por el rabillo del ojo como una chica se sentaba a unos bancos de distancia de donde estaba yo pero no le presté demasiada atención ya que no tenía ningún tipo de interés por saber que hacia allí o quien era, simplemente era otra chica con otra historia, otros recuerdos y otros problemas distintos a los míos, simplemente era otra persona de la sociedad.